Ático en el Poblenou

El ático, siempre es el mejor de los pisos. Tiene luz, aire y siempre ha estado más cerca de la azotea. Estas azoteas maravillosas en la ciudad de Barcelona. ¿Cómo no disfrutar de estas vistas en el mar? ¿De la trama urbana? Del ajetreado ritmo del barrio lleno de turistas?
Pero con todo este ruido, el interior de las viviendas tienen que ser lugares tranquilos, que aporten paz en nuestro día a día. El uso de los materiales naturales, como la madera en pavimentos, cocina y techos combinado con el uso de los tejidos del mobiliario y las cortinas era una premisa del proyecto. El uso de la vegetación y las flores para la decoración ambientan este espacio que todos denominamos hogar.
La distribución se orienta en el suroeste la sala, la cocina y un despacho, donde aparecen dos pequeños balcones. Los dormitorios y baños se orientan al nordeste. La idea bucólica de poder tener una entrada de luz natural a través de una claraboya a la ducha de la suite dio pie a la aparición de un jardín vertical en este punto.

La sencilla y a la vegada cálida decoración de los espacios aportan bienestar a sus habitantes. La azotea es un espacio de recreo de ocio, donde poder cultivar el espíritu y también el huerto urbano. El tabique pluvial de la finca vecina te transporta al pasado con sus ladrillos manuales de finales del siglo XIX.
Aun así, la reforma afrontó el reto de hacer accesible el recorrido desde la calle hasta todas las viviendas, incluida la azotea. Por lo tanto, la instalación del ascensor sirvió para posar en valor estas cubiertas del antiguo barrio industrial del Poblenou.