“Y de repente, todos nos pusimos a trabajar desde casa. Ocurrió de un día para otro. Sin aviso, sin preparación, un experimento sin precedentes con todos trabajando desde casa a escala global. Luego los gurús empezaron a proclamar el final de la oficina. Después de la pandemia, aparentemente, todos nosotros trabajaríamos desde casa y el concepto del espacio corporativo correspondería a una era dinosáurica. De hecho, creo que nada es más improbable.
Así describe Victor Feingold, Director de la empresa inglesa Contract Workplaces la situación en la que parte de los trabajadores nos hemos encontrando durante los períodos de confinamiento que se han vivido en diferentes países.
https://www.theunitedworkplace.com/insights/home-is-not-office
El teletrabajo de hecho no es un concepto nuevo. Hace décadas que empresas tecnológicas fomentan esta idea como solución para deslocalización de puestos de trabajo o de fomentar la conciliación. Pero que trabajar desde casa sea productivo depende de tres factores: el ambiente (espacio, temperatura, iluminación…), la tecnología (wifi) y la actitud de los trabajadores. Algunos estudios han informado de que después de tres semanas trabajando en casa, la mayoría de trabajadores tienen problemas musculares, fatiga y desordenes del sueño. La dieta se descontrola, se siente aislamiento y soledad y el equilibrio entre vida y trabajo se desmorona.
Como arquitectos vamos a hablar del primer aspecto que afecta a la construcción del espacio o ambiente adecuado y especialmente orientado a aquellas viviendas que no cuenta con una sala o habitación destinado exclusivamente a este tipo de actividad.
Mobiliario. Hoy en día parece fácil trabajar desde casa porque con un portátil, una mesa y una silla parece que lo solucionamos todo. Sin embargo, nuestra mesa del comedor y nuestras sillas suelen estar pensadas para actividades de corta duración. Antes de sucumbir a ideas integradas en la pared que se ocultan en el armario, o de mesas que sirven de recibidor y de librerías a la vez, piensa en la actividad laboral que vas a desarrollar, si será día a día, durante 4 o 8 horas. Y, sobre todo, piensa en lo beneficioso que será para tu salud contar con una silla ergonómica.
Espacio. Una mesa de trabajo debe tener una superficie de alrededor de 1,30 de ancho por 0,80 metros de profundidad y el espacio de movimiento para la silla debe ser de unos 1,3 metros cuadrados. Por lo que no vale cualquier rincón. Quizá tengas que desplazar algunos muebles, o reubicar una cómoda vintage.
Orientación. Según las claves de Feng Shui, lo ideal es tener la pared a la espalda, ya que tenerla delante simboliza una pared sólida de obstáculos delante de tu carrera profesional. Lo mejor esta idea es que te permite ver en todo momento quién entra en tu espacio y evita intromisiones en reuniones de trabajo online.
Luz natural. Nos ayuda a trabajar mejor, es beneficiosa para nuestra salud visual, y además fomenta el ahorro de consumo energético.
Luz artificial. Para cuidar la vista, es imprescindible contar con una lámpara de luz ambiental.
Tecnología. A veces necesitas tener un cargador, una impresora, un escáner o una mesa de luz. Recuerda que, si no funcionan con baterías, tendrás que tener enchufes próximos a tu puesto de trabajo.
Así describe Victor Feingold, Director de la empresa inglesa Contract Workplaces la situación en la que parte de los trabajadores nos hemos encontrando durante los períodos de confinamiento que se han vivido en diferentes países.
https://www.theunitedworkplace.com/insights/home-is-not-office
El teletrabajo de hecho no es un concepto nuevo. Hace décadas que empresas tecnológicas fomentan esta idea como solución para deslocalización de puestos de trabajo o de fomentar la conciliación. Pero que trabajar desde casa sea productivo depende de tres factores: el ambiente (espacio, temperatura, iluminación…), la tecnología (wifi) y la actitud de los trabajadores. Algunos estudios han informado de que después de tres semanas trabajando en casa, la mayoría de trabajadores tienen problemas musculares, fatiga y desordenes del sueño. La dieta se descontrola, se siente aislamiento y soledad y el equilibrio entre vida y trabajo se desmorona.
Como arquitectos vamos a hablar del primer aspecto que afecta a la construcción del espacio o ambiente adecuado y especialmente orientado a aquellas viviendas que no cuenta con una sala o habitación destinado exclusivamente a este tipo de actividad.
Mobiliario. Hoy en día parece fácil trabajar desde casa porque con un portátil, una mesa y una silla parece que lo solucionamos todo. Sin embargo, nuestra mesa del comedor y nuestras sillas suelen estar pensadas para actividades de corta duración. Antes de sucumbir a ideas integradas en la pared que se ocultan en el armario, o de mesas que sirven de recibidor y de librerías a la vez, piensa en la actividad laboral que vas a desarrollar, si será día a día, durante 4 o 8 horas. Y, sobre todo, piensa en lo beneficioso que será para tu salud contar con una silla ergonómica.
Espacio. Una mesa de trabajo debe tener una superficie de alrededor de 1,30 de ancho por 0,80 metros de profundidad y el espacio de movimiento para la silla debe ser de unos 1,3 metros cuadrados. Por lo que no vale cualquier rincón. Quizá tengas que desplazar algunos muebles, o reubicar una cómoda vintage.
Orientación. Según las claves de Feng Shui, lo ideal es tener la pared a la espalda, ya que tenerla delante simboliza una pared sólida de obstáculos delante de tu carrera profesional. Lo mejor esta idea es que te permite ver en todo momento quién entra en tu espacio y evita intromisiones en reuniones de trabajo online.
Luz natural. Nos ayuda a trabajar mejor, es beneficiosa para nuestra salud visual, y además fomenta el ahorro de consumo energético.
Luz artificial. Para cuidar la vista, es imprescindible contar con una lámpara de luz ambiental.
Tecnología. A veces necesitas tener un cargador, una impresora, un escáner o una mesa de luz. Recuerda que, si no funcionan con baterías, tendrás que tener enchufes próximos a tu puesto de trabajo.